Una odisea hacia los ancestros

Luisa Fernanda
Sep 08, 2024By Luisa Fernanda

Una Odisea hacia los ancestros.

No recuerdo muy claramente el día que decidí iniciar este viaje pero fue en el mes de Febrero del 2023. Lo que sí tengo claro es que intuía que no sería fácil. Hablando con mi hermano Fernando comencé a indagar más sobre lo que podría implicar este proyecto de obtener la nacionalidad española. 

Una amiga me recomendó a Brenda Espinosa, una chica que da asesorías para dicho trámite y que podría irme dando la orientación necesaria. Decidí contratar sus servicios para no equivocarme y no hacer nada mal, asumiendo el costo de dicha asesoría. Había antes que nada recuperar documentos que nadie tenía. Todas las actas deberían ser copias fíneles del libro y estar apostilladas. El principal y primer documento a encontrar se encontraba en España, en el Valle de Soba, Santander, de donde el Bisabuelo provenía. Lo primero que hice fue hablar con Jose Luis Méndez, primo de mi papá quien vive en Madrid quien tiene mucho conocimiento de la familia. Me ayudó amablemente a saber el nombre del pueblo y nombre completo del Bisabuelo: HERMENEGILDO JUAN GARCIA DE SOCASA RUIZ, Nace en Hazas de Soba, Cantabria en 1873, HIJO DE: JOSE ESTEBAN GARCIA DE SOCASA Y GOMEZ DEL RIO (1827). JOSEFA RUIZ TRAPAGA (1838). 

Una vez que tenía dichos datos escribí a la oficina del Ayuntamiento de Soba para solicitar dicho documento. Me fue informado que dada la fecha de nacimiento del bisabuelo no se tenía ese archivo en sus oficinas, que debería acudir a la diócesis eclesiástica de la zona para indagar más. Este hecho me paralizó puesto que no tenía idea de cómo proseguir la búsqueda en los archivos de la Iglesia de ese pueblo de España, estando yo en México.

Afortunadamente Jose Luis Méndez se ofreció a ver lo que podría hacer, pues estando él en España tendría más posibilidades de indagar. Pasaron los meses y no tenía respuesta, hasta que un día me escribe que finalmente después de unas llamadas y visitas a conventos y monjas logró dar con dicho documento. Tuvo a bien enviármelo por mensajería desde España. Yo no lo podía creer. Ya tenía el Acta de Nacimiento del bisabuelo en mis manos junto con un documento del registro civil donde se establecía que ahí no estaba registrado sino en la Iglesia. Ambos documentos eran necesarios para iniciar el tramite. 

Procediendo con los siguientes documentos me topo con el hecho de que nadie tiene copia alguna del acta de nacimiento de la abuela Margarita, hija de Juan, ni del abuelo Alfonso su esposo. Lo único que tenía era una fecha probable de nacimiento y con ello decido escribir al Registro Civil de Córdoba Veracruz, donde ella había nacido, para que me apoyaran a encontrarla. Nunca me respondieron, hice varias llamadas y lo único que logré fue la recomendación de que tenía que ir directamente a gestionarlo, pues a distancia no hacen nada.

Decido entonces emprender el viaje a Córdoba, considerando hospedarme al menos dos noches para cubrir cualquier tiempo de demora en la búsqueda. En la carretera le escribí a Jose Luis de Madrid para contarle que ya iba tras el acta de la abuela (su tía) y de la emoción me compartió varias fotos de lo que fue la Hacienda cañera que el Bisabuelo tuvo en Córdoba, una belleza de lugar, una muestra de la abundancia y prosperidad de antaño. Por fin y luego de horas de viaje, llegué directo al hotel y luego me dirigí inmediatamente al registro civil para que iniciarán la búsqueda. Esperé un día completo y no encontraron nada con el nombre y la fecha que llevaba. Al día siguiente me vuelvo a presentar en las oficinas para ver qué más podríamos hacer. La habían buscado 20 años hacia atrás y hacia adelante de la fecha que tenía: Margarita García Ruiz García nacida el 10 de noviembre de 1908. El oficial del registro civil amablemente me atendió personalmente pues fue testigo de mi desesperación y angustia de haber viajado tan lejos para no conseguir nada. Puso a su personal horas extras a localizar a la abuela. Naturalmente pagué esas horas extras de su personal por el esfuerzo, y aún así no aparecía la abuela. Me sugirieron que fuera a buscar en algún Municipio aledaño donde podría estar registrada. Llamaron a Fortín de la Flores para indagar y a otros poblados cercanos y nada. Tenía que ir personalmente a hacerlo. Parecía una pesadilla.

Esa tarde estaba sola, desolada, sentada en un café de los portales de Cordoba, llorando por la frustración de no lograr nada y teniendo que regresar al día siguiente a la Ciudad de México, gastada y derrotada. En un momento, no sé de donde se me ocurrió llamarle a mi primo Eduardo para desahogarme y saber si acaso el me podría sugerir algo más que hacer. Me comentó que él encontró muchos documentos que buscó también por su lado en una aplicación que se llama ancestry.com. Decido abrir la aplicación desde mi celular y bajarla. Tenía un costo poder iniciar búsquedas avanzadas y decidí pagarlo. No me quedaba más remedio pues era mi última oportunidad. 

Sorprendentemente esta aplicación tiene los registros de miles de ciudadanos de todo el mundo. Aparentemente es una tarea que se han dado a realizar los mormones por todo el planeta. Tardé varias horas en mi búsqueda desde el celular y apareció algo que tal vez podría ayudarme. Una copia de un acta casi ilegible de la abuela. Le envié inmediatamente esa copia al oficial mayor del registro civil para ver si con eso podríamos encontrarla. Me aseguro que sí, que eso ayudaría bastante. Iniciaron la búsqueda a las 7 pm de la noche pero dado que cerraban pronto no podrían seguir buscando. Le tuvo que pedir a su personal que se quedaran horas extras para que temprano por la mañana yo pudiera acudir nuevamente a la oficinas a recoger el acta antes de regresarme a México. Eso si la encontraban. En mi hotel no dormí esa noche y le prendí una vela a mi Tita para que apareciera.

Al amanecer temprano me arreglé rápidamente para estar lista en la puerta del registro civil a las 8 de la mañana. Ya tenía ademas que dejar el hotel ese día. No tenía manera de quedarme un día más ni por presupuesto ni por tiempo. Puntualmente a las ocho de la mañana abrieron las oficinas y fui la primera en ingresar. Los días anteriores que había estado ahí siempre había mucha gente y filas para gestiones diversas. Ya me conocía el baño, los asientos de espera y todas las actividades de esa oficina puesto que ya había pasado ahí varias horas. Me senté de nuevo a esperar. Paso una hora y salió un empleado a decirme que ya la habían encontrado. ¡No lo podía creer de nuevo! Lloré de la emoción. Resulta que me faltaba el segundo nombre de la Abuela y eso complico mucho las cosas: ella se llamaba Margarita Eugenia. El oficial mayor llegó después y firmó dicha acta como copia fiel del libro. Le di una gratitud económica por su esfuerzo extra y consideración conmigo. Me dejaron ver los libros originales y fue una sensación muy fuerte tocar esos tomos rojos enormes con todas la actas escritas a mano del siglo pasado y antepasado. Era literalmente un viaje en el tiempo. Ahora tocaba organizar otro viaje a Jalapa para apostillar el Acta. La odisea no había acabado aún. 

Ya de regreso en mi casa, decidí buscar a una vieja amiga que sabía que vivía en Jalapa. Diana Gonzalez. La encontré por Facebook y le escribí. Le conté mi travesía por Veracruz para el proceso de recuperar las actas para obtener la nacionalidad española. Organicé una sesión de Kap en Jalapa para sufragar mis gastos. Ella me invitó a quedarme en su casa varios días para que no tuviera que pagar hotel. Fue un reencuentro hermoso con mi amiga Diana; ella y su pareja me ayudaron en todo lo que pudieron. Encontré las oficinas del Registro Civil de Jalapa y me dirigí a ver en qué consistía el proceso de “apostillar”, lo que tomó varios días, varias oficinas, trámites y pagos para lograrlo. Ya por fin tenía el Acta de Margarita Eugenia García Ruiz García, apostillada y lista para agregarla al conjunto de actas que todavía me faltaba por encontrar.

De nuevo desde mi casa, continuando con las demás actas que faltaban busco por internet un despacho de gestoría para encontrar actas de nacimiento puesto que las oficinas en Arcos de Belén en donde están todos los registros de la Ciudad de México no te atienden fácilmente y hay que hacer varias filas interminables pues hay demasiada gente, además de que no contaba yo con los datos completos. Doy con unos gestores que parecían serios y decido pagar por sus servicios. Varias búsquedas y pagos para encontrar al abuelo Alfonso Martinez del Campo Lavista nacido según mis datos el 8 de noviembre de 1901. Al final aparece y ellos mismos se encargaron del apostillado que es lo más engorroso y caro. Ya mi presupuesto para todo este trámite se estaba acabando y todavía me faltaba encontrar las actas de matrimonio de los abuelos y la de mi papá, todas copias fiel del libro y apostilladas. 

Esperando un tiempo para generar más recursos, decido continuar con los gestores para que localizaran el resto de las actas y apostillarlas. Una vez que tuve el conjunto de actas para iniciar la primera fase del trámite que era sacar la nacionalidad de mi papá, entro al sistema por internet de la Embajada de España en México para sacar una cita y esperar respuesta. Había que mandar foto de mi papá en un formato imposible (que no fuera imagen normal, pero que si archivo especial pero no jpg, un rollo más que complicado para mi). Al final no se cómo lo logré y envié la solicitud de cita para mi papá. Volví a pagar los servicios de Brenda la consultora para el llenado de los formatos que enviaron para rellenar ya que había mucha información que no era tan sencillo entender claramente y no querría hacerlo mal. Gracias a su ayuda pude tener todo listo para que mi papa acudiera a la cita con todo en orden.

Ahora procedía traer a mi papá de León, llevarlo al Consulado General de España y entregar todos los papeles. Todo transcurrió bien y ahora era solo esperar. Un año después me llegó el correo donde le avisan que ya puede pasar por su acta al Consulado para luego llevar mas documentos a la Embajada y así poder solicitar su pasaporte en su momento. Al día de hoy todavía no se concluye ese proceso. Sin embargo con el acta de nacimiento española de mi papá en su poder ya pudimos continuar Fernando y yo con nuestros respectivos trámites. Conseguir las actas de nuestros padres y de matrimonio copias fieles de libro y apostilladas.

Toda esta travesía me ha significado no solamente un gasto económico considerable y dificil para mí, sino una experiencia emocional y profunda de viajes, personas que me ayudaron a las cuales les agradezco mucho y también momentos de perder toda esperanza. Siempre he tenido la fortuna de ser acompañada por el espíritu de amigas fieles que me escucharon y me alentaron a no tirar la toalla. Me siento muy orgullosa de mi capacidad de lograr las cosas pese a todas las adversidades. Agradezco tener ese espíritu incansable heredado de mi mamá…y la historia continúa.